Dpto. Biología Celular. Facultad de Ciencias, Universidad de Granada.
En nuestra vida diaria estamos rodeados de elementos cotidianos que si los viéramos a microscopía óptica nos sorprenderían al percibir que realmente están formados por partes invisibles a nuestro ojo pero que son realmente curiosas e interesantes.
Sin ir más lejos, si tomamos una gota de agua de cualquier estanque o charcha de nuestro pueblo o ciudad, podremos ver una gran cantidad de organismos unicelulares y de pequeños invertebrados que viven y forman parte de los ecosistemas de agua dulce.
¿Qué organismos podremos ver? Aquellos tan microscópicos que simplemente están formados por una célula. Es decir, organismos unicelulares. Los más primitivos son los procariotas, dentro de los cuales encontramos el grupo de las cianofíceas (algas verdeazuladas o cianobacterias). Los eucariotas son organismos algo más evolucionados, y en nuestra gota de agua podremos encontrar ejemplos como las algas unicelulares (clorofíceas, diatomeas, dinoflagelados) y los protozoos, los cuales pueden moverse emitiendo unas prolongaciones de su cuerpo que se llaman pseudópodos (las amebas), mediante cilios (los paramecio) o por el contrario fijarse al sustrato (las vorticelas). Finalmente, será interesante observar los metazoos, aquellos organismos eucariotas que ya están formados por más de una célula y que empiezan a formar tejidos. Dentro de este grupo veremos los rotíferos, con una curiosa estructura rotatoria que crea pequeñas corrientes para su desplazamiento y para capturar el alimento. Además, existen otros metazoos como pequeños crustáceos acuáticos y gusanos microscópicos, que igual se pueden “pasear” por nuestra muestra.
Cambiando de tercio. ¿Y si abro la nevera?... En nuestra propia casa tenemos muchos alimentos que resultan muy interesantes desde el punto de vista microscópico. Seguro que hemos escuchado la importancia que tiene el yogurt para repoblar nuestra flora intestinal y para estimular nuestras defensas. Esto se debe a la presencia de bacterias beneficiosas para la salud, que no solamente serán las responsables de acidificar la leche y formar yogurt gracias a su metabolismo, sino que además se van a instalar en nuestros intestinos impidiendo que otras bacterias patógenas lo hagan. Estas bacterias formadoras de yogurt son Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.
En el cajón de las verduras tenemos muchos vegetales y hortalizas que deben su color a una serie de pigmentos que presentan dentro de sus células y que están almacenados en unos orgánulos llamados cromoplastos. Los más conocidos son los cloroplastos, que almacenan clorofila y son los responsables del color verde de muchas plantas. Existen orgánulos que en lugar de almacenar pigmentos, tienen sustancias de reserva como el almidón, así en las patatas encontraremos amiloplastos. Y ya que estamos con células vegetales, resulta curioso, que un simple pétalo de una flor puede ser más bello aún desde un punto de vista microscópico cuando observamos su estructura y los pigmentos responsables de su color.
Para finalizar, estudiaremos la célula animal, observando los elementos formes que podemos encontrar en un fluido presente en nuestro cuerpo como es la sangre. Gracias al uso de diferentes colorantes podremos distinguir las células encargadas de transportar el oxígeno (glóbulos rojos o eritrocitos) da aquellas responsables de nuestras defensa (glóbulos blancos o leucocitos).
El desarrollo de la actividad se realizará con microscopios ópticos, donde cada alumno podrá observar las diferentes muestras anteriormente comentadas e intentará localizar e identificar aquellos organismos y estructuras de interés con el fin de que puedan aumentar su conocimiento y cambiar la perspectiva desde un punto microscópico de muchos elementos que forman parte de nuestra vida diaria. Todas las muestras serán tratadas en fresco salvo las de sangre que son frotis comerciales.
Responsable: Cristina Trenzado Romero.